SIG 2009

Francisco Abenante, Helena Ibarra, Juan Carlos Bruzual, Ivette Franchi, Vanessa Rolfini, Elías Murciano, Mauricio García, Sumito Estévez, Eduardo Moreno, Alex Arcas, Wendoly López, Javier Camacho, Luís Coronil, Carlos García, Ana Belén Myerston, Mercedes Oropeza, Paul Launois, Victor Moreno, Héctor Romero, Reison Frioni, Tamara Rodríguez, Federico Tischler, José Luís Álvarez y Nelson Méndez… ¡Nunca el Salón Internacional de Gastronomía de Caracas había tenido una grilla de expositores venezolanos tan impresionante, y eso que aquí sólo nombré a cocineros, dejando por fuera una no menos impresionante lista de sommeliers, comunicadores sociales, artesanos e historiadores que también se presentaron!

Emociona ver que desde el mismo Jueves inaugural en la mañana, la fila de gente que esperaba para entrar se parecía a la de los sábados de otras ediciones. Fihman siempre ha tenido el tino de lograr nombres imposibles de la escena grandes ligas de la gastronomía mundial para el salón, como es el caso de la conferencia inaugural (¡magistral, hermosa!) del cocinero inglés Heston Blumenthal y por ello pensé que la concurrencia masiva era debida a él. Mayúscula fue la sorpresa cuando, una vez atestado el salón del inglés, el piso de exposiciones se mantenía a reventar de paseantes que veían las propuestas gastronómicas de artesanos, industriales y escuelas de cocina que vinieron de todo el país. Solamente el Jueves hubo 32 conferencias y en ninguna vimos sillas vacías. Hablar de un país en el que suceda eso, un día laboral, de tráfico y con una entrada de 170 BsF, es indudablemente hablar de un país diferente. Lo más hermoso es que es un país que llegó atraído por nombres y títulos de conferencias que en un 90 % buscaban construir ese complejo mosaico gastronómico que es Venezuela.

Sin ponerse de acuerdo, 25 cocineros de la escena local mostraron en bloque una coherencia embriagante a través de subjetivos títulos de conferencias que perfectamente podrían resumirse con las escogidas por los chefs Víctor Moreno y Francisco Abenante: “Por fin queremos comernos a Venezuela” y “Cocina venezolana, pasado y futuro”, respectivamente.

Con los años habrá que analizar las consecuencias que a largo plazo seguramente ya le impregnó a la movida gastronómica venezolana esta criatura que hace casi una década nos legó Ben Ami Fihman (nombre fundamental que hace rato se ganó una estatua por su capacidad de trascender). Puede afirmarse que hemos sido testigos de un salón muy maduro no sólo por haber decantado sus fórmulas ganadoras, si no porque buena parte de los expositores son los jóvenes que hace diez años asistían a las conferencias de los invitados internacionales que la organización Exceso Cocina y Vino lograba.

II

Mención aparte merece el cocinero Francisco Abenante. Nos parece trascendental que la imagen oficial de este salón haya sido él, porque con ello (aparte de hacerse justicia) se rompe la maldición centralista y finalmente se coloca bajo la perspectiva correcta lo que ya resulta evidente: desde las regiones viene gestándose un tsunami conceptual que deberemos estudiar con cuidado, ahora que nos hemos lanzado a la labor de trabajar como un solo cuerpo colegiado.

El chef del Círculo Restaurante en Barquisimeto (junto con la chef de Caracas Mercedes Oropeza), tuvo una presentación en la que mostró la riqueza de pescados tanto de agua salada como dulce, que un día cualquiera pueden comprarse en el mercado mayor de Coche en la capital venezolana, montando un mercado virtual que culminó con la divertida escena del público llevándose su avío exótico.

Previamente había dictado una conferencia que arrancó haciendo un llamado de atención para aquellos que, en adolescencia gastronómica, pretenden crecer matando al padre, renegando del pasado que nos moldeó. Migró luego hacia la necesidad de no envalentonarse aun porque prevalecen realidades de mercado en donde por cada cuajado de cazón vendido en un menú se facturan tres carpaccios; y finalizó con una generosa reflexión cargada de optimismo, en la que fue mostrando caras muy jóvenes y desconocidas de los fogones del país (así como fotos de sus platos), y se permitió cerrar con una frase que esperamos sea vaticinadora: “Siento que nos encontramos en el punto de inflexión que definirá a la nueva cocina venezolana”

¡Amén!

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