ELLAS NO PONEN REGLAS

Contra la pared de un frontón lanzaba yo rítmicamente una pelota de tenis alternando ese no-hacer con dos amigas. Luego de unos cuantos rebotes propuse un sencillo sistema de puntuación para darle sentido, y posibilidad de finiquito, a un acto que habíamos iniciado aupados por una pelota abandonada en medio de una caminata por el parque. Mi propuesta de orden solo logró que una de ellas, dejara caer la pelota que estaba a punto regresar con fuerza contra la pared de verde desgastado y dijera: -¿Porqué será que los varones a todo le quieren poner reglas?- Fin del juego. El tiempo hizo que lo que no hubiese pasado de ser una anécdota de salón para romper el hielo en fiestas que no arrancan, se convirtiese en una de las grandes verdades de la cocina: Somos diferentes.

En las cocinas profesionales, el desequilibrio de protagonismo entre hombres y mujeres es evidente. Son muchos más los hombres al mando de una cocina, los premios parecen inventados para hombres si analizamos la lista de nombres homenajeados, en los mismos cargos ganan menos las mujeres y en términos mediáticos es la caricatura del gordito bonachón la que obviamente prevalece. Es curioso que así sea ya que si a un ente externo y objetivo le piden que enumere las características esenciales que debe tener alguien que pretenda comandar los fogones de una operación profesional de restauración, casi con seguridad diría que son: puntualidad, capacidad de trabajar muchas horas, no lloriquear ante situaciones extremas, disciplina férrea, saber acatar órdenes, capacidad innata para congeniar y condiciones naturales para generar un catálago de memoria de sabores y olores… No existe uno sólo de estos valores que no se presente de manera natural en una mujer, en cambio, me consta, en el caso de los hombres se trata de actitudes entrenadas social y profesionalmente.

Muchas veces me han preguntado las razones detrás de este desequilibrio, y tantas otras le he huído a la respuesta que intuyo. Fundamentalmente porque debo confesar un enorme resquemor hacia casi cualquier concepto que deje patentes nuestras lacras sexistas. En el mundo de los uniformes la misoginia es inocultable y a ese mundo pertenezco. Es un hecho, está allí, y no es la intención de este artículo horadar en desbalances que ya nos tocará equilibrar. Todo lo contrario, es la columna de hoy un canto para, apelando a la jerga gastronómica, mostrar como le dimos la vuelta a la tortilla en nuestro país.

Siempre he logrado detectar la impronta femenina en los platos que salen de la cocina de los restaurantes comandados por cocineras. Lo detecto por envidia ante la imposibilidad de lograr compaginar el duro entramado de acciones que implica cocinar al mismo tiempo para muchos, sin dejar en los platos la evidencia de las reglas. Hombres y mujeres cocinamos con la partitura enfrente, solo que ellas se atreven a cerrar los ojos cuando la emoción se impone. Es el caso de tres a las que voy a nombrar.

II

La Academia Venezolana de Gastronomía acaba de anunciar el "Tenedor de oro 2010", premio mayor al que puede aspirar una (o un) cocinera (o cocinero) que esté ejerciendo el mandato en un restaurante. Cuando anunciaron que la merecedora era Ana Belén Myerston, cocinera merideña que desde hace años comanda a Mokambo en Caracas, el júbilo entre sus compañeros de oficio no sólo fue unánime, sino particularmente sonoro. No existe dentro de mi medio una persona que dude que se trata de una de la cocineras más hábiles de la escena local. La columna es corta para esbozar su impresionante curriculum… y faltan dos.

En pocos días usted pasará inocente frente a la vidriera de una librería y seguramente volteará seducido por la tapa de un libro de cocina diseñado nada menos que por Álvaro Sotillo (ganador varias veces del "Libro más Bello del mundo") y con fotografías del "Dream Team" venezolano: Fran Beaufrand, Rodrigo Benavides, Marcos Aguilar, Federica Rodner y Andrés Manner. Se trata de "La cocina Extra-Ordinaria" de la cocinera venezolana Helena Ibarra. De largo es ella uno de los referentes conceptuales de cocina venezolana más importantes que poseemos.

Hablar de Tamara Rodríguez y todo lo que ha hecho para evitar que el legado de una de nuestras grandes cocinas, como lo es la paríana, no se pierda, es hablar nuevamente de una de las cocineras que más nos ha enseñado a los demás en el oficio que la disciplina y la entrega hacia la investigación son caminos posibles desde el fogón y no sólo desde el cómodo teclado. A ella le acaban de conferir el premio "Armando Scannone"

No estoy nombrando tres hechos aislados o partes de un conjunto de eventos. Estoy nombrando los tres eventos gastronómicos más notables a los que puede aspirar alguna (o algún) profesional de mi área. Ellas no buscan reglas, sólo quieren cocinar.

Comentarios

Vladimir Viloria ha dicho que…
Sumito:
Con asombro acabo de leer tu columna de este domingo en El Nacional. ¿De dónde sacas que la Academía Venezolana de Gastronomía "acaba de anunciar el Premio Tenedor de Oro 2010? ¿Recibiste acaso una comunicación formal al respecto o alguna nota de prensa, firmada por las autoridades de la Academia? Cierto es que el veredicto "se coló" bien por boca de alguien que formó parte del jurado, o de algún miembro de la Academia que se fue de lenguas, pero haz debido "contener tu emoción" y esperar que la institución formalizara el anuncio del veredicto de los premios 2010. Eso, incluso, por respeto a los mismos ganadores. Como miembro de la Junta Directiva (Ivanova Decan está igualmente sorprendida y comparte conmigo estas preocupaciones), no dejo de angustiarme por el poco respeto que se le tiene a nuestra institución. Repito y aclaro: LA ACADEMIA VENEZOLANA DE GASTRONOMIA NO HA ANUNCIADO, MUCHO MENOS ENTREGADO, LOS PREMIOS TENEDOR DE ORO Y ARMANDO SCANNNONE 2010.
Se, como escritor y comunicador, que el papel lo aguanta todo, cosa que tanto le hace daño, por la falta de rigor e irresposablidad de los que asumen el hecho de comunicar, a eso que poco a poco se dibuja como "gastronomía" en nuestro desvencijado país. La verdad, no deja de entristecerme la ligereza y banalidad con que se tratan tantos asuntos en Venezuela, incluida nuestra incipiente gastronomía.
Este martes 2 noviembre, serán anunciados formalmente por la Junta Directiva de la Academia Venezolana de Gastronomía, en rueda de prensa y como debe ser, los ganadores y las menciones especiales del año 2010.
Abrazo,
Vladimir
(Ojalá y para salud del rigor que deben tener las cosas que se publican, no dejes de colgar en tu blog esta aclaratoria)
Sumito, mas que agradecida por tu publicaciòn y por usar cada vez mas los productos de Paria en tu cocina. Un abrazo fraterno y caribeño, Tamara

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